¡ Cuidado con el conejo !

La pastilla parecía insignificante, hasta se podría confundir con una aspirina, de no ser que tenía un conejo en su diseño.

¡ Cuidado con el conejo !2024-07-18T17:36:31+02:00

Halima

El taxista aguardaba impaciente por su cliente. Se hallaba en una calle de tierra del barrio Ezbet El Haggana, en el noreste del Gran Cairo, una de las zonas más pobres de Egipto.

Halima2024-07-18T17:36:31+02:00

Guimalda de flores

—Soy de Ubon— me dijo Malai, con una expresión enigmática, mientras apoyó su dorso sobre el alambrado del Centro Federal de Detención de Mujeres, Unidad 31, ubicado en Ezeiza, provincia de Buenos Aires, Argentina.

Guimalda de flores2024-07-18T17:36:31+02:00

Carl y Gustav I

Carl había tenido una mala noche, muy mala si se medía en términos bursátiles. El Dow Jones seguía bajando y sus expectativas del bono anual comenzaban a diluirse. Esa mañana antes de ingresar a Wall Street decidió relajarse.

Carl y Gustav I2024-07-18T17:36:31+02:00

John y Gustav II

—Recuerdo cada detalle del primer viaje que hicimos a Livingston, Montana, y tengo muy presente aquellas palabras mágicas que pronunciaste en la cima de la colina: «Gustav, poseemos dos millas de una zona con un potencial impresionante, estamos en el corazón del desarrollo inmobiliario de Montana. Te puedes considerar un hombre dichoso, amigo».

John y Gustav II2024-07-18T17:36:31+02:00

Carl y Gustav III

Un nuevo crack bursátil tenía a Carl con los ánimos de punta. Caminaba presuroso por la calle Great Jones, había terminado de almorzar con su novia y se dirigía a Wall Street. Llevaba años lidiando en la bolsa de valores, pero seguía sin acostumbrarse al subibaja bursátil. Debo recuperar posiciones o terminaré nuevamente en la emergencia médica, se dijo. Seguía cargando su exceso de peso, y con tan solo treinta años de edad estaba medicándose por una diabetes incipiente. Comenzó a cruzar Lafayette en dirección a la calle Bond.

Carl y Gustav III2024-07-18T17:36:31+02:00
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